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Y LA ENSEÑANZA AMBIENTAL
Dimas Floriani*
PRESENTACIÓN:
El presente artículo fue concebido para ser presentado
en el Seminario Latinoamericano y del Caribe sobre Formación Ambiental,
a realizarse en Santiago de Cali, Colombia, en los dias 24, 25 y 26 de noviembre
de 1999, cuyo tema central es ‘Interdisciplina: teoría y práctica
en formación e investigación ambiental’.
En sus lineamientos centrales se busca discutir las concepciones de conocimiento
y de ciencia, en el contexto histórico-social de la modernidad, así
como la situación de crisis y de superación de antiguas lógicas
y prácticas disciplinarias de investigación en el dominio de la
relación sociedad-naturaleza.
La revalorización cultural de la naturaleza y de formas tradicionales
de su apropiación han ganado prominencia en el escenario político
y académico, planteando nuevas discursividades y prácticas para
la construcción del conocimiento. De allí la emergencia de un
nuevo hacer conocimiento, en cooperación entre saberes, para mejor comprender
la complejidad de las relaciones entre sociedad y naturaleza para, así,
intervenir en la realidad con sabiduría. Esta sabiduría deve llevar
en cuenta la perspectiva de un desarrollo que no sea insostenible para la vida
en el planeta, en sus múltiples dimensiones: culturales, económicas,
políticas, sociales, tecnológicas, educacionales, estéticas,
etc.
Se pretende pues, presentar algunos puntos acerca de la teoría y de la
práctica de la interdisciplinariedad, partiéndose de experiencias
en andamiento en el marco del Doctorado en Medio Ambiente y Desarrollo de la
Universidad Federal de Paraná, de la ciudad de Curitiba, en Brasil.
Esta experiencia está en andamiento, desde el año de 1993 y, seguramente,
como otras experiencias similares enfrenta el reto de crear metodologías
de investigación y teorizar acerca de su alcance teórico y práctico
para la Universidad y la Sociedad. Es un poco de esa experiencia, en el ámbito
de las interacciones sociedad-naturaleza, de sus fundamentos teóricos
y de su contexto sócio-político e institucional que este artículo
pretende abordar.
1 - La modernidad y sus dobles: conocimiento y acción; sociedad y naturaleza
Como en otros aspectos de la vida, la construcción del
conocimiento debe buscar coexistir con la osadía y la aventura de descobrir
cosas nuevas. Para ello es necesario contar con los otros. Sería demasiadamente
aburrido y agobiante no tener a nadie con quienes compartir una idea, manifestar
una intención, acotar un deseo. Así parece que la historia de
los hombres es hecha de estos rasgos, quizá para contrarrestar sentimientos
opuestos, tales como la envidia narcisista, la competencia o la mezquindad propia
de de la condición humana. La acción de los sentimientos es, en
un cierto sentido, pendular entre aquellos dos extremos. En las instituciones
que fabrican el conocimiento (Universidades o centros de investigación),
son encontrados a menudo y a la vez un campo que a pesar de minado por el espacio
de competencia honorífica de títulos, puede ser fértil
para la creación.
El saber disciplinario tiene una cierta virtud hecha de cobardía solitaria
que lo remite a los códigos de un sólo conocimiento. Nuestros
pares hablan con idénticos códigos y por lo tanto es más
fácil de entendernos con ellos, mismo que sepamos que a veces se puede
hablar de lo mismo con otros términos. Las ciencias humanas tienen más
dificultades que otras para artificializar (matematizar) su comunicación
quizá por hablar de lo demasiadamente humano, es decir, que utilizan
más el vehículo natural que es el lenguage de la comunicación
en sociedad. En este sentido, cada hombre puede ser considerado sociólogo,
filósofo, antropólogo, economista, geógrafo y así
por delante; pero a pocos se les ocurre hablar todos los días, de manera
espontánea de las teorías de Gödel, de Cantor, de Heisenberg,
o de derivadas y de integrales, del DNA, de los isótopos y de la física
cuántica, etc.
A su vez, los intentos dialogantes de la interdisciplina son algunas veces mal
entendidos, como resultantes de un amontonado de decires, códigos un
poco babélicos, en la búsqueda de alguna fusión o síntesis
simbólica, en una especie de esperanto epistemológico capaz de
reducir la complejidad del mundo a unas pocas y cuantas fórmulas mágicas,
ecuaciones que sintetizan algo de algo que luego en seguida pierden su propia
razón de ser, una vez que habrá siempre alguien dispuesto a contestar
los resultados, a cuestionar esto o aquello. Y así parecería que
camina la historia de la ciencia y la historia de los seres humanos: un amontonado
de intenciones humanas, que son entendidas y desentendidas de múltiples
maneras. Para algunos más escépticos, la historia de la ciencia
sería el tiempo que se dan los hombres de jugar con palabras, intenciones
y hechos. Otros más optimistas llegan a separar la razón de los
hechos, de la historia y de los indivíduos para darle vida propia, como
una imagen divina capaz de producir prodigios.
La ciencia parece combatir ilusiones pero a veces es incapaz de combatir sus
propias ilusiones. Como es un producto humano, somos nosotros mismos que alimentamos
el deseo de una acción de conocer. Las sociedades modernas eligieron
formas consistentes y permanentes de producir fantásticas reuniones,
tiempos inagotables que consumen vidas enteras, en laboratorios, en salas de
clase, en reuniones infindables para hablar de la seriedad del conocimiento
y de los rituales que lo acompaña en la peregrinación hacia la
cumbre de la revelación.
De tiempo en tiempo las sociedades se enfrentan a nuevas definiciones, nombramientos
y percepciones del mundo. Ello es constitutivo de la historia de las sociedades
y en la modernidad el cambio está integrado como una característica
de su propia identidad. La institucionalización del conocimiento es otra
de las características de la producción moderna del conocimiento.
En el comienzo de la modernidad era rara la dubitación en la ciencia
porque era peligroso dudar; la transposición de la duda para la política
correspondió a la crítica. La crítica era también
peligrosa. Pocos hesitan hoy acerca de la necesidad de la duda, sea en la ciencia
sea en la política. A su vez, la incorporación de la duda y de
la crítica libres fue una construcción de la modernidad; el Occidente
tiene una necesidad casi compulsiva de considerar las cosas y los nombres como
universales; es un postulado de la lógica de la producción del
conocimiento. Pero a veces los universales se vuelven por demás impositivos
e intolerables.
La irreverencia frente a los marcos de la ciencia y del arte normales es una
defensa para contraponerse a las tendencias dominantes de las concepciones del
mundo, de la vida o de la realidad en el sentido más amplio Se puede
decir que Pablo Picaso violó ciertos principios de la pintura, después
de entenderlos plenamente y en consecuencia se permitió trascenderlos.
Feyerabend se rió de la seriedad de la ciencia normal después
de entender sus postulados históricos, sabiendo relativizarlos. Así
que la irreverencia no cabe a cualquiera. Es una virtud de unos pocos elegidos.
No significa que sea prohibida la irreverencia para cualquiera; simplemente
que para ser eficaz la irreverencia debe ser llevada a serio, es decir, debe
ser competente y efectiva en el contexto donde se canaliza la producción
científica o estética.
La metáfora de la irreverencia servirá quizá para entender
que la ciencia moderna ha relativizado mucho las cosas, incluso la verdad; que
no adelanta agarrarse demasiado a la concepción de ciencia que separa
el mundo físico del espiritual; que la objetividad no sirve solamente
para las cosas inexorables y la subjetividad para la incertidumbre humana; y
así por delante...
No sé si siempre les ocurrirá a quienes elaboran los procedimientos
sistemáticos del conocimiento científico, preguntarse para qué
y para quiénes sirven estos conocimientos; si se les ocurrirá
plantearse cuestiones tan metafísicas o poco racionales, tales como la
felicidad de los seres humanos; qué sentido tiene para las sociedades
de hoy las encuestas y las descubiertas científicas, el espectáculo
con niños y los programas de auditorio, el noticiero que muestra el Papa
bendiciendo fieles en el Vaticano o en sus peregrinaciones por el mundo, las
catástrofes naturales y sociales, el hambre y la violencia que aparecen
en la comunicación electrónica (y anónima) como cosas equivalentes
o indiferentes. Hay siempre el recurso de considerar que la realidad es múltiple
que produce a su vez una segmentación de sentidos, de acuerdo a los múltiples
valores y sentidos, propios a su diversidad posmoderna (CASTELLS, 1999).
La modernidad instituyó sus dobles; por lo general, el ser más
que el no ser.
En la vida moderna las actividades humanas se disocian, pero también
pueden ser complementarias; el producir necesita del consumir y este de aquél;
el saber necesita de su aplicación en la técnica, pero la técnica
es inconsistente sin un saber. A su vez, las sociedades complejas funcionan
en base a esferas separadas unas de las otras; como si el sistema de salud no
tuviera necesidad del sistema de justicia y este no necesitara del arte; la
educación del turismo; el deporte de la religión, la naturaleza
separada de la sociedad, etc.
Weber tendría quizá razón en hablar de especialistas sin
emoción y de disfrutadores sin corazón, como signo del hombre
moderno. Desnaturalización de la naturaleza por la artificialización
de la sociedad; pero también renaturalización y socialización
de la naturaleza. Esta doble dimensión devuelve a los seres humanos la
posibilidad de incorporar la complejidad de la modernidad; pensarla más
allá del pesimismo derrotista o del optimismo ingenuo y unidimensional
de la técnica y del consumo. Reactualizar el presente por el pasado,
revalorizar las formas tradicionales de vida, repensar el futuro a partir del
pasado; todas esas formas de complejificar la vida es una característica
de posibilidad efectiva de producir sentidos y hechos en la modernidad.
¿Qué sería un pensamiento complejo? ¿La posibilidad de emocionalizar
la lógica? ¿La creación de una red de sentidos nuevos, por la
estética, y la creación de espacios reales y virtuales de la acción
humana (individual y colectiva negociadas)? ¿Lo que es o sería la producción
del pensamiento complejo en el dominio del saber científico? El saber
complejo ya ¿no podría ser un saber en si mismo, aislado de las otras
dimensiones de la realidad? Por mucho tiempo aún, posiblemente, los planteamientos
acerca de la complejidad tendrán referentes comprometidos con los viejos
paradigmas, o sea, que pensar la complejidad supondrá una acción
solidaria con la multiplicidad del mundo, en lo científico, lo cultural,
lo político, lo ético, lo estético, cosa todavía
dificil de realizar.
De lo planteado, nos conviene preguntar sobre lo que se ha quedado de enseñanza
para pensar el mundo, y si la transformación es una imposición
del mundo que no se detiene: ¿cómo apropiarse del mundo ya dado? ¿Cómo
transformar lo dado en devenir? Y si de hecho el devenir es una trampa ya que
los hombres deshacen lo que hacen o dejan de hacer lo que realmente deberían
hacer? ¿Les quedará el consuelo de Sísifo, condenado a cargar
y despejar piedras de la cumbre, para volver siempre a cargarlas? Seguramente,
habrá que buscar otros signos para la creatividad humana, signos afirmativos,
no culposos, que a la vez nos muestren los límites humanos pero que también
indiquen la emulación como deseo legítimo de superar siempre aquellos
límites.
Enseñar. ¿Qué se necesita para enseñar? SAVATER (1997)
nos dice que la primera titulación requerida para poder enseñar
es haber vivido. Neruda confesó haber vivido. El saber del que enseña
y el no saber del que aprende serían el doble vínculo del aprendizaje
humano. Pero, ¿ que sería de hecho
aprender, a partir de lo que no se sabe ?
2 - Naturaleza y sociedad en el tránsito de una nueva ciencia:
Sería demasiado pretender establecer una nueva base
para un sistema de conocimientos de la naturaleza y de la sociedad, en el momento
mismo de rupturas en andamiento. Principalmente, si uno lleva en cuenta que
una vez separadas las concepciones sobre ambos sistemas, a lo largo de los últimos
siglos, no sería tan fácil unificarlos, por el simple deseo de
querer juntarlos. Por más que las sociedades humanas se desarrollen en
el interior de los espacios naturales, no basta en querer tratarlos como una
sola cosa. No es suficiente, tampoco, considerar que la visión humana
de la naturaleza es construída socialmente, mismo que las variadas concepciones
se hayan desarrollado sobre el tema, a lo largo y a lo ancho de la historia
de las sociedades.
¿Lo qué separa un hecho natural del social, en el contexto de una sociedade
que artificializa crecientemente la materia, simulando de esta manera la energia
contenida en la naturaleza misma?
¿Cuál es el punto de partida para definir la naturaleza?
¿Es puramente "natural" la naturaleza intocada?
¿No sería ya una manera de excitar la memória, lista para ocuparse
de ella, com deseos de posesión turística?
Por lo tanto, la idea de su estado natural ya es consciencia de algo que, a
su vez, es una construcción social de "naturaleza".
Aqui, el conocimiento además de una expresión reflejada del mundo,
es claramente indicador del modo de clasificar y de apropiarse de él.
Son las interacciones entre individuos que producen la sociedad, que no existe
sin ellos; pero al retroactuar sobre ellos, la sociedad los produce como indivíduos
humanos, al aportarles el lenguaje, los conceptos, la educación, la seguridad,
etc: producimos una sociedad que nos produce. Y como producimos en el sentido
material somos también naturaleza en algún sentido. (MORIN, 1994
: 305).
Para efecto de estudio, la naturaleza no es idéntica a si misma, porque
es siempre transformada por la mirada y el hacer humanos.
Luego, la idea de que la naturaleza es algo en-sí, sólo hace sentido
si la representamos como "objetividad ", una cosa independiente de
nuestra existencia de humanos; lo que no es imposible de hacerlo, o sea, esta
representación "objetiva" del mundo es propia de ciertas ciencias
modernas pero es también, a la vez, una manera sociocultural de representarlo.
No se puede considerar el conocimiento como un objeto igual a los demás,
una vez que sirve ya sea para conocer a los otros objetos, sea para conocerse
a si mismo (MORIN, 1994). Más que una circularidad sobre sí mismo,
de trata de concebir al conocimiento como una fuerza creadora que no se basta
a sí misma, como lo creería el más convencido idealista,
ni como simple reflejo de la realidad según las distintas ortodoxias
positivistas-materialistas.
El hecho es que cuando hablamos de ciencia, lo hacemos desde una perspectiva
identificadora de un campo simbólico cuyos mecanismos son constitutivos
de un cultura científica moderna y tecnológica, con un ethos
científico-corporativo ya constituído.
Así que resulta difícil abstraerse de esos contextos culturales
estructurados, donde se produce y consume ciencia de una manera disciplinaria:
cada saber tiene su objeto, sus códigos y sus métodos apropiados;
en esta perspectiva, a uno no le interesa los hallazgos de los vecinos así
como no les cabe a estos averiguar lo que sucede a su lado.
La ciencia no se mira apenas a sí misma; sus intenciones más intimas
pueden originarse de los contextos socio-culturales donde se insertan ( PRIGOGINE,
1996). La búsqueda por la certeza cartesiana sería motivada por
la tragedia de las guerras religiosas del siglo XVII. Descartes ¿no andaría
buscando por universales que pudiesen abrigar todas la diferencias en nombre
de la matematización del conocimiento? Einstein, a su vez, fortaleció
la oposición entre el conocimiento objetivo y la incerteza de lo subjetivo
en un momento de profunda irracionalidad del totalitarismo y de dos guerras
mundiales.
Todavia, según PRIGOGINE (1996) ya no cabe para la ciencia y los científicos
de hoy día reafirmar verdades en un mundo que ya se descubrió
visceralmente incierto. No les quedaría más sino que participar
de la construcción de una sociedad en donde las contradicciones hacen
parte de la realidad como de los esquemas conceptuales que les sirven de explicación
del mundo. No sería el fin de la razón pero su conversión
en otra razón de ser y de hacer en el mundo.
Desde que se franquean nuevas posibilidades para concebir otras posibilidades
del pensar, los aparatos lógico-metodológicos de los sistemas
científicos se vuelven frágiles al incorporar reflexivamente un
alto grado de incerteza. La ciencia normal, puede, así transitar hacia
lo pos (para)-normal.
Lo que era certeza para los saberes organizados se vulve incerteza organizada.
Mismo las ciencias más glorificadas como la física se abren para
otras ciencias e internalizan el riesgo de la duda metódica. En la ciencia
así como en otros dominios de la história social, la verdad es
humana; y por ende es una invención humana que se quiere permanente,
más allá de la transitoriedad de las cosas; de allí su
pretensión metafísica y religiosa.
¿ Hasta qué punto la verdad resistirá a sí misma?
Las sociedades de hoy dudan más que las del siglo XIX acerca del progreso
de la ciencia; en aquel contexto de emergencia de la Sociedad Industrial, el
‘cientismo’ era una ideología que ganaba moldes de una nueva fé.
Dudar de la ciencia hoy día no es un hecho sin razón. Hechos trágicos
como las últimas guerras y las armas nucleares sumados a la crisis ecológica
global hicieron disminuir el grado de confianza que el progreso técnico
poseía, en general.
En este sentido, la ciencia se vuelve problemática en términos
de sus premisas (GIDDENS, 1997). Al suspender el grado de confianza a su respecto,
las sociedades modernas viven una doble contradicción: la dependencia
a la instrumentalización técnica y a los esquemas cognitivos provisorios,
mismo que penetrados de una discursividad altamente científica. En el
dominio del medio ambiente esa contradicción se exterioriza por la apropiación
técnica de la naturaleza (materia socializada por el modo de producción
capitalista y estatista y los respectivos modelos de desarrollo industrial)
y por el riesgo creciente para las sociedades, derivado de esta intervención
social de la técnica en la naturaleza, con los consecuentes estilos de
vida (consumo) y sus efectos de degradación socioambiental (BECK,1997
; GIDDENS,1997).
Es muy difícil determinar com exactitud lo que hace cambiar las bases
epistemológicas del saber científico: si la incorporación
social de la ciencia o si el cambio en el interior de la lógica discursiva
de los sistemas científicos o si aún ambos factores operan de
manera desigual a lo largo del tiempo histórico. La misma indagación
puede ser hecha acerca de la mutua determinación sociedad-tecnología
y sociedad-naturaleza.
La renombrada crisis de paradigmas se ha vuelto ya una moda medio que inevitable
y si uno se refiere a ella es más por deber de oficio, sin que se agoten
todas las consecuencias acerca de su significado. Lo característico de
la moda es de hacer dominante un gusto. No sería distinta la moda académica
que mantiene algún punto de objetividad en el dominio de los intereses
que mueven a los científicos o a su comunidad, pero muchos puntos oscuros
o inconscientes todavía subsisten en el dominio de las preferencias de
investigación.
3- Precondiciones para una ciencia de la complejidad (naturaleza-sociedad)
La crítica epistemológica que se desarrolla
en el interior del saber ambiental no se encaja solamente en el saber teórico
pero reivindica una praxis en el dominio de la investigación capaz de
percibir, desvelar y elaborar una otra racionalidad ambiental (LEFF, 1998).
El reto del cientista de hoy es el de osar transponer la repetición,
alterando procedimientos convencionales en la reproducción del conocimiento,
buscando la fuente de su imaginación en distintos referenciales cognitivos,
no sólo en aquellos de su disciplina científica pero igualmente
en aquellos de naturaleza estética (artes, literatura, música),
en los conocimientos espontáneos, en especial aquellos profundamente
arraigados en la cultura de la gente (del presente y pasado), recreando y restableciendo
lo que fue olvidado u obscurecido por los procedimientos de la racionalidad
instrumental de la modernidad.
La revalorización de los saberes culturales es una forma interesante
de recuperar la memoria de las sociedades humanas, sin ceder el paso a la nostalgia
del eslabón perdido o a un retorno imposible. Al restituir a las culturas
el reconocimiento de su sabiduría hacemos autocrítica de los errores
hechos, restableciendo la asimiliación de prácticas sanas en el
dominio del medio ambiente y de la salud de las personas (utilización
de medicina natural).
La ciencia moderna no puede, pues, dejar de hacer un balance acerca de sus fundamentos
y de sus resultados, a la luz de juzgamientos éticos. ¿Para qué
y para quiénes sirve la ciencia? ¿A qué resultados visa y cuáles
los resultados alcanzados?
De ello decorren tres cuestiones: 1) las específicas al proceso cognitivo
(lo que constituye la ciencia); 2) la función social de la ciencia (¿para
qué y para quiénes sirve?); 3) el papel tradicional o innovador
del científico (repetir o crear en nuevas bases el conocimiento).
De la primera cuestión (relativa al proceso cognitivo) conviene preguntarse
acerca de los objetos del conocimiento. En la complejidad de la representación
del mundo, la mente humana no se reduce a un depósito de imágenes
y de códigos; no es un simple espejo de ocurrencias reflejadas: es el
espacio de la creación simbólica; no hace más sentido tratar
del tema simplificándolo a una relación biunívoca sujeto-objeto
(Yo y el Mundo).
Para MORIN (1995:161), abstracción y contextualización son dos
mecanismos básicos del conocimiento actual acerca del mundo; tener acceso
a las informaciones es própio del derecho ciudadano que, además,
tiene que saber articularlas y organizarlas. Pero para conocer y reconocer los
problemas del mundo es necesario una reforma del pensamiento; esa reforma necesita
del desarrollo de la contextualización del conocimiento.
La relación del hombre con la naturaleza no puede ser ni simple ni fragmentada.
El ser humano es, al mismo tiempo, natural y sobre-natural: pensamiento, consciencia
y cultura se distinguen y se confunden a la vez con la naturaleza viva y física.
Para MORIN (1995 : 167) la construcción del pensamiento complejo necesita
de algunas precondiciones, a saber:
el vínculo entre relaciones de la parte con el todo, que restablezca
lo que está compartimentado;
Hay pues que implicar a la vez al observador y al sujeto en la mirada – acción hacia – en lo real. En el dominio de lo social el observador es a la vez perturbado y perturbador. No hay posibilidad de un lugar privilegiado para el observador, siquiera en la física, cuanto menos para los observadores de lo social. El observador de la sociedad es alguien investido de un deseo de mirar y de la censura al mirar; es un elemento de la realidad, comprendido en ella, cuyo acto de conocimiento perturba y modifica el fenómeno observado. Por ello, en las ciencias sociales, el observador/conceptor es un sujeto entre sujetos. Al excluir el sujeto de la observación/concepción se construye una historia sin sujetos (MORIN, 1994 : 302-03).
II
INTERDISCIPLINA E INVESTIGACIÓN EN LA RELACIÓN SOCIEDAD-NATURALEZA
1 - En el dominio de la temática ambiental, los fundamentos
teóricos de una nueva forma de producción del conocimiento no
pueden disociarse de la interdisciplinariedad, entendida como la articulación
de distintas disciplinas para mejor comprender y manejar situaciones de acomodación,
tensión o conflicto explícito entre las necesidades, las prácticas
humanas y las dinámicas naturales. Esta estrategia epistemológica
debe combatir los efectos ideológicos del reduccionismo ecologista y
del funcionalismo sistémico que piensan al hombre y a las formaciones
sociales como poblaciones biológicas insertadas en el proceso evolutivo
de los ecosistemas y creen ser la ecología como la disciplina más
importante de las interrelaciones hombre-naturaleza, eligiéndola la ciencia
de las ciencias y como verdadera teoría general de los sistemas.
La noción de medio ambiente debe ser multicéntrica, compleja y
objeto de distintas escalas de abordaje. Sin embargo, la dimensión ambiental
no puede dejar de ser reconocida como uno de los ejes centrales de los procesos
de desarrollo.
Las complejas y diversificadas temáticas del medio ambiente y del desarrollo
exigen, mas allá de causalidades lineales y de niveles de aprehensión
disciplinarios, un enfoque que lleve en cuenta centralmente los análisis
de las interacciones entre sociedades humanas y naturaleza (DOUTORADO MAD-UFPR).
La necesaria colaboración entre las disciplinas solo ganará sentido
con la práctica social y la consecuente intervención en lo real.
Las temáticas del medio ambiente y del desarrollo tienen una dimensión
social que trascienden la ciencia o las actividades académicas.
A su vez, la construcción de conocimientos interdisciplinarios debe evitar
ciertas tentaciones ingenuas como las que buscan "lenguajes comunes"
entre las disciplinas o aún la formación de "generalistas"
del medio ambiente, presumidamente dotados de una competencia universal, auto
suficiente y retoricamente desvinculada del conocimiento disciplinario (GARCÍA,
1994; FLORIANI, 1998).
2- El campo interdisciplinario en Medio Ambiente y Desarrollo pertenece a la
construcción del conocimiento sistematizado, que se remite a la historia
de los conocimientos disciplinarios y a sus prácticas metodológicas.
Se puede partir del principio de que no hay una situación ideal para
la interdisciplina, o sea, que las distintas experiencias desarrolladas hasta
ahora en este dominio son experiencias limitadas y en tránsito.
Otro punto de debate es aquel que plantea la necesidad o no de una construcción
colectiva del trabajo interdisciplinario. Es comum oír que fulano o mengano
es interdisciplinario, solito, porque dialoga con distintas teorías científicas.
Aqui no hay que confundir procesos de construcción-síntesis cognitivas
con las prácticas de elaboración y de metodologías de investigación.
No basta juntar distintas disciplinas para el ejercício de la interdisciplina;
así como un sujeto solitario, mismo que sea un super sintetizador de
distintas disciplinas carece de condiciones para realizar una investigación
interdisciplinaria, el simple encuentro entre distintos saberes no se constituye
una investigación interdisciplinaria de por sí.
La interdisciplina necesita, pues, a ese nivel, de una intención deliberada,
cuajada en cambios intersubjetivos sistemáticos a partir de la confrontación
de saberes disciplinarios, que lleve en cuenta una o más problemáticas
en la relación sociedad-naturaleza.
Se podría definir genericamente la expericiencia interdisciplinaria como
la confrontación de distintos saberes organizados o disciplinarios que,
en el ambito del medio ambiente y del desarrollo, diseñan estrategias
de investigación, distintas a lo que haría cada saber por su lado,
fuera de esa interacción (FLORIANI, 1998:17).
La intención deliberada se expresa en la problemática de la investigación
y se convierte en producto de una práctica de confrontación entre
distintos saberes acerca de los sistemas naturaleza-sociedad, en un contexto
espacio-temporal (empírico) determinado; el control teórico-metodológico
se produce a través del cambio permanente entre los sujetos de la investigación
(autores y actores), lo que se llama de control intersubjetivo de la investigación.
3- Una investigación de carácter interdisciplinario no es generalizable
a otros contextos ni a otros agrupamientos de saberes interdisciplinarios. Pero
sus procedimientos y resultados están lejos de limitarense a repetir
las dinámicas de la investigación disciplinaria, sea en sus dimensiones
teórico-metodológicas, sea en términos de resultados y
de procesos de aprendizaje en la relación sujeto-objeto-sujeto.
En el trabajo de la interdisciplina no ocurre el aislamiento del investigador,
que se refugia en los rincones de la cómoda solitud mientras se ocupa
de su objeto disciplinario particular. No se trata aquí de eliminar el
momento de la elaboración y de creación individual en el trabajo
intelectual, sino de evitar que ese proceso se limite a unas pocas contaminaciones
intersubjetivas.
En la interdisciplina lo subjetivo se vuelve intersubjetivo y objetivo a la
vez. Hay un permanente intercambio de subjetividades y múltiples miradas
deliberadas hacia la construcción de objetividades.
La comprensión del trabajo interdisciplinario es un ejercicio teórico
que exige el reflexionar acerca del proceso mismo en andamiento o luego de su
conclusión. Es un recurso intelectual importante que no se agota en sí
mismo. Sin embargo, el diálogo de saberes no existe sólo en momentos
de realización de la investigación empírica, como ya indicado.
Se puede dialogar en campos no exclusivamente experimentales del conocimiento.
En la história de la ciencia, en la filosofía de la ciencia, en
la epistemología y otras esferas más abstractas del conocimiento,
es común ocurrir un debate fecundo (y necesario) entre concepciones del
mundo, de la ciencia, de la política, etc.
Las fronteras entre conocimientos no es algo fácil de determinar. Mismo
del punto de vista de la formación de un individuo, sería incorrecto
dejar de comprender que su formación resulta de una confrontación
permanente de mecanismos lógico-afectivos e intuiciones a partir de sus
experiencias sociales con el arte, la religión, la información,
etc. La confrontación de experiencias personales, en distintos grados
y niveles es de hecho un reencuentro de sucesivas aproximaciones, fusiones,
exclusiones-incorporaciones de informaciones, conceptos, opiniones en permanente
elaboración-reelaboración, a lo largo de la trayectoria de la
formación intelectual de una persona.
A pesar de ello, no son esas relaciones primarias que nos interesan discutir
aquí, o sea, que la hibridación de saberes adquiridos por los
individuos se constituyen histórica y socialmente, en su dimensión
simbólica y cultural.
Hay por lo tanto hibridación de saberes tanto en la historia intelectual
de un individuo como de un grupo social. En este sentido, podemos afirmar que
la construcción interdisciplinaria resulta de una hibridación
(o diálogo de saberes); pero ni toda hibridación es por sí
misma interdisciplinaria, pues ésta es una construcción que depende
de una intención deliberada, explícita, controlable y selectiva.
Se trata de una construcción realizada por una acción de investigación
(mismo que toda acción involucra un elevado grado de incerteza) con distintos
investigadores, apoyados en sus respectivas lógicas y procedimientos
disciplinarios.
Se podría así diferenciar una hibridación de saberes ‘débil’de
otra ‘fuerte’; la primera no tendría un objetivo explícito de
producir un saber distinto del disciplinario o de una problemática sometida
a los procedimientos interdisiciplinarios, de acuerdo a nuestra definición
de partida. A su vez, una hibridación en el sentido ‘fuerte’, presente
en la interdisciplina, no establece primacía de un saber sobre otro,
donde todos los saberes en presencia (se está considerando la interdisciplina
en las intersecciones del sistema naturaleza con el sistema sociedad) son mobilizados
para investigar problemas socioambientales sin pretender individualmente imponer
una hegemonía de objeto o de lógica, durante el proceso de construcción
conjunta de conocimiento .
4- Así, la discusión teórica de la interdisciplina exige
una reflexión profunda de la noción de sistemas complejos y de
totalidad organizada (GARCÍA, 1994). La interdisciplina no emerge espontaneamente
de los distintos saberes. De aquí la importancia de una nueva concepción
de ciencia en el sentido que presentamos al comienzo.
Al reevaluar la realidad, se siente la necesidad de reelaborarla de distinta
manera; y al clasificarla de forma diferente se le asigna otros sentidos por
medio de otras categorías de análisis; esas categorías
imponen una otra percepción e intelección del mundo y sugieren
otras formas de apropiación-intervención en él. De allí
que nuevos referentes epistemológicos son imprescindibles para las prácticas
interdisciplinarias en el dominio conexo sociedad-naturaleza.
En el sentido práctico de la investigación interdisciplinaria,
hay que evitar posiciones extremadas, sea en el sentido de fusionar las especificidades
de los objetos de cada ciencia, sea lo de establecer límites rígidos
entre un objeto y otro (GARCÍA, 1994).
La práctica de la construcción interdisciplinaria plantea dos
cuestiones fundamentales:
1- ¿cómo articular la participación de investigadores de distintas disciplinas al interior de una práctica de investigación interdisciplinaria?
2- ¿cómo articular esos distintos saberes disciplinarios en una acción concertada y coordinada, garantizando espacio de contribución de cada uno de ellos?
Se trata por supuesto de una obra colectiva de conocimientos
y de esfuerzos personales e institucionales. Están presentes por lo tanto
tensiones de distintos niveles: personales, propias a las idiosincrasias
individuales, a sus intereses y capacidades, estrategias de poder (liderazgo),
consciencia de la labor interdisciplinaria, espírito democrático
y de cooperación, etc.; institucionales: a) a nivel macro
– resistencias/facilitación para incorporar nuevas prácticas académicas,
actitudes y mentalidades de grupos y corporaciones, nuevas interacciones, sistema
de financiación y legislación en relación a sectores, departamentos,
cursos, facultades, distribución del presupuesto para la investigación,
etc.; b) a nivel micro: (de la unidad interdisciplinaria) – cuantas disciplinas
están reunidas para la investigación; equilibrio o no entre ciencias
de la vida, de la naturaleza y de la sociedad; estrategias de dirección
en la investigación (consciencia de la dirección del proceso y
legitimación de la conducción); sistema individualizado o repartido
de conducción (coordinación); liderazgo carismático o de
competencia reconocida; si la experiencia asocia formación académica
con investigación (posgrado).
Todos esos puntos son cruciales para detectar el rumbo de la experiencia, sus
problemas y alcance de las tensiones en el proceso de investigación.
La etapa inicial es de desestabilizacón, donde cada uno de los
saberes en presencia se siente impotente frente a la complejidad de los problemas
tratados; lo fundamental es mantener una actitud racional y entender que se
trata de un momento de "destitución" deliberada de las seguridades
disciplinarias. La situación de reequilíbrio (una nueva estabilidad)
sucederá a esta primera etapa, cuando cada una de las disciplinas es
llamada a aportar con sus instrumentos y métodos las informaciones básicas
de su alcance (geografía, economía, sociología, demografía,
antropología, geología, biología, agronomía, estadística,
etc.).
Lo más importante, sin embargo, a nivel cualitativo, en relación
a este momento (desestabilización) es que se producirá un efecto
nuevo, ausente en la práctica disciplinaria, cuál sea, lo de devolver
a la mirada disciplinaria las miradas de las otras disciplinas; esas miradas
ya vienen informadas de nuevas estrategias, capazes de engendrar percepciones
nuevas tanto para sus lógicas como para de las otras disciplinas.
Cada profesional es portador de su saber específico. Y lo que se espera
de la etapa siguiente es que para cada una de las distintas percepciones y aportes
disciplinarios les sean devueltas otras intuiciones, percepciones y conocimientos,
derivados de esa construcción colectiva alrededor de un problema común
de investigación (FLORIANI, 1998).
En un planteo disciplinario son limitadas las posibilidades de nuevas percepciones,
en general asignadas por sus mismos planteos lógicos. A su vez, la práctica
interdisciplinaria en el ámbito del medio ambiente y del desarrollo social
ocurre en el espacio de interacción entre las dinámicas del sistema-sociedad
y del sistema-naturaleza. No se trata sólo de un espacio empírico,
apariencial, sino de un espacio intelectualmente construído.
La recolección de datos y la construcción progresiva de los mismos
en el espacio común de la investigación (Programa Interdisciplinario)
sirven para hacer emerger los problemas de la investigación. Sin una
problematización de los datos, (ellos no hablan por sí mismos,
hay que hacerlos hablar), no hay un buen problema a investigar.
La confrontación entre los distintos datos socioambientales, su comportamiento
en el espacio y tiempo, las funciones y disfunciones (conflictos) de las dinámicas
observadas (biodemográficas, prácticas materiales, dinámicas
sociales, bioenergnéticas de los ecosistemas, políticas públicas,
etc.) permiten disponerlos en forma de una matriz de datos cruzados.
Si bien que esta etapa es todavía de reconocimiento/reconstrucción
de la realidad por los distintos saberes disciplinarios, los datos elaborados
son de hecho los insumos para la etapa siguiente, de la construcción
de una problemática común de investigación.
Los resultados de un Programa Interdisciplinario como el desarrollado en la
ciudad de Paranaguá, en el marco del Doctorado en Medio Ambiente y Desarrollo
de la Universidad Federal de Paraná, "Espacio Urbano, Situaciones
de Vida y Salud", sirve como punto de partida para otras investigaciones
de carácter disciplinario o interdisciplinario (RAYNAUT, 1996; CANEPARO
et alii, 1996).
Podemos así sintetizar algunas etapas básicas de la construcción
interdisciplinaria: 1) recolección de datos e informaciones; 2) elaboración
preliminar de discusiones; 3) localización de los principales conflictos
socioambientales; 4) elección de prioridades de investigación;
5) explicitación de transversalidades temáticas; 6) metodologías
de común acuerdo; 7) hipótesis; 8) aplicación de los instrumentos
de investigación; 9) validación de los datos; 10) resultados finales
(FLORIANI, 1998).
Para finalizar, podemos decir que la interdisciplina es una acción del
conocimiento que consiste en confrontar saberes, cuya finalidad es alcanzar
otro saber, distinto de aquel que sería efectuado, caso no existiera
el encuentro con distintas disciplinas. Es decir, se necesita de un nuevo saber
pues los existentes son limitados y fragmentarios, dada la complejidad de las
interacciones entre sociedades humanas y el medio natural.
La interdisciplina no existe de antemano. No nace por decreto. Es constitutiva
y constituyente del proceso interdisciplinario, producto de una asociación
disciplinaria. La acción interdisciplinaria ocurre en regiones de frontera
de representación de la realidad y se amplifica por la acción
combinada de las disciplinas en presencia. La frontera no es el límite
intransponible, pero sí el límite de la diferenciación
que permite a la vez juntarse, entre distintos dominios, y separarse de las
especificidades de la realidad, captadas por los procedimientos disciplinarios,
para hacer una nueva síntesis integradora de la multiplicidad de lo real.
III
Investigación en la región del litoral de Paraná:
Como en otros dominios de las intenciones humanas, también
nos enfrentamos en la investigación con una situación ideal (deseada)
y otra real dada por las restricciones encontradas. De inicio, la región
elegida para la Investigación Interdisciplinaria fue el litoral del estado
de Paraná. De hecho, el equipo de investigadores (una decena) se concentró
en el espacio urbano de Paranaguá. Las zonas rural y marítima
cumplieron sólo una etapa previa con cuatro doctorandos y finalmente
se realizaron trabajos individuales, con la ventaja de conservar el aporte
interdisciplinario inicial.
La región Litoral de Paraná concentra una confluencia de situaciones
de marginalización por su singularidad geográfica y por su ecosistema
frágil del punto de vista de la explotación de los recursos naturales,
con débil capacidad de soporte frente a la acción humana.
De un lado, la modernización del agro expuso esta región a prácticas
económicas que rompen el equilíbrio de sus ecosistemas naturales,
tanto en áreas rurales, acuáticas y urbanas, así
como la tremenda presión demográfica en espacios urbanos ( balnearios
y puertos ); de otro, es una región considerada por la Legislación
Ambiental como un Área de Proteccíón Ambiental -APA -.
Los conflictos derivados de la aplicación de la legislación someten
a la población nativa a serias restricciones en la utilización
de los recursos naturales, creando disfunciones entre formas culturales de apropriación
de la naturaleza, de parte de la población local y una racionalidad conservacionista
incapaz de entender las contradicciones subyacentes a esta dualidad (modernidad
x tradición ).
Se procedió entonces a la colecta de datos dispuestos en un "casillero"
, cuyos ejes atraviesan el funcionamiento de los sistemas sociales y naturales
del espacio estudiado.
El objetivo no se resumía a un agrupamiento artificial de intereses y
de posiciones teóricas de los investigadores mas un paso previo de identificación
de algunos problemas socioambientales de la región, con la finalidad
de construir una problemática de investigación.
Se trataba de construir un modelo preliminar que facilitase pensar la complejidad
de las relaciones entre sociedad y naturaleza.
La tensiones verificadas entre los dos sistemas fueron representadas por la
superposición de distintos mapas síntesis ( método cartográfico),
que permitían vislumbrar claramente los conflictos identificados en diversas
temáticas seleccionadas: dinámicas biodemográficas, prácticas
materiales, dinámicas sociales, dinámicas de mercado y políticas
públicas.
Si esta etapa no es todavía la aplicación del Programa Interdisciplinario
de Investigación, tampoco es sólo un recorte empírico;
es un pré-modelo ("diagnóstico") que antecede a la construcción
de las interacciones fuertes y la elaboración del programa de investigación.
Una de las principales conclusiones de la etapa de diagnóstico realizada
en Paranaguá fue que en los últimos treinta años la ciudad
sufre un proceso de cambios sustanciales en el dominio de su estructura socio-económica
y en las formas de apropiación del espacio, con fuertes impactos socioambientales.
La actividad portuaria impone una fuerte subordinación de la ciudad y
un intenso crescimiento demográfico con expansión espacial.
A partir de este diagnóstico se plantearon algunos interrogantes: ¿Cúal
es el impacto de esa dinámica sobre el espacio urbano en términos
de condiciones de vida? ¿Cómo se distribuye la población en este
espacio? ¿Cómo participan de la gestión del espacio urbano los
distintos actores sociales?
Mismo que generales, estos planteamientos permitieron concentrar el programa
de investigación en la salud :
Así, se puede percibir la dinámica y la articulación de los proyectos de investigación en Paranaguá, de la siguiente manera:
Los resultados de la encuesta colectiva así como de
los proyectos individuales en forma de tesis doctorales ya están disponibles
y fueron publicados por el Doctorado en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad
Federal de Paraná, entre los años 1998 y 1999.
De la misma manera, Cuadernos de Desarrollo y Medio Ambiente del Doctorado
publicó una edición especial, de número 3, sobre esta experiencia
teórico-metodológica interdisciplinaria.
BIBLIOGRAFÍA
www.casla.cjb.net
CASLA - Casa latino-americana
(Curitiba - Paraná - Brasil) . Email: latinidad@mail.com